Si visitar un lugar bello es ya de hecho una idea atractiva, adentrarnos en uno que además de belleza exterior tenga belleza interior es algo realmente fascinante. Para un viajero la belleza interior de un sitio se mide por su capacidad para sorprenderlo, por las historias que alberga entre sus muros y por su magnetismo. Cuando encontramos un lugar así lo reconocemos nada más adentrarnos en él. Estamos seguros que justo esto te ocurrirá en el lugar que te presentamos hoy. Los viajes y los castillos siempre estarán inevitablemente unidos a través de ese afán por los viajeros de descubrir aventuras más allá de los límites espaciales y temporales.
Acceder al Castillo de Lucena es entrar precisamente en un lugar que no pone límite alguno a la imaginación de quien lo visita. Si te encuentras alojado en algún hotel de Córdoba seguro que no te importa hacer una escapada a esta encantadora localidad con un pasado histórico de gran riqueza. A través de esta visita viajarás a la antigua Eliossana, nombre que se denominó a Lucena entre los siglos IX y XII.
Seguro que te llega a sorprender la intensa actividad social y cultural que se viviera aquí por aquella época. La judería, fue el principal escenario en que se desarrollara la vida de la población. Albergó una intensa actividad mercantil y acogió entre sus casas a personajes que, posteriormente se convertirían en importantes nombres de la historia universal como Salomón Ibn o Jehuda Leví. Pero la historia que más llama la atención al turista es la del Castillo del que te hablamos conocido también como Castillo del Moral. En este lugar la leyenda está más viva que nunca. Se dice que este fue el escenario en el que Boabdil, el último rey de Granada sufriera su cautiverio.
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