En el noreste de la provincia de Badajoz, con todo el encanto de una tierra tan mágica como Extremadura, se enclava la villa de Alburquerque. El legado medieval de esta localidad la convierte en un lugar de visita muy interesante para aquellos que deseen hacer una escapada de la rutina. Una opción es alojarse en alguno de los hoteles económicos que existen aquí y en sus alrededores o incluso, si se hace en época estival, optar por un camping. El camping de la Codosera, muy cerca de allí, que alberga piscinas naturales, es una buena posibilidad. Del mismo modo si te alojas en Badajoz puedes hacer una escapada a Alburquerque ya que se encuentra a tan sólo 45 kilómetros.
Si viajas a Alburquerque la segunda quincena del mes de agosto vivirás una experiencia única. El Festival medieval Villa de Alburquerque espera con los brazos abiertos a cualquier viajero que desee adentrarse en la aventura. Se trata de un auténtico viaje en el tiempo en el que, desde que entres hasta que abandones el escenario del evento, te sentirás como un caballero o dama del Medievo. Nada más llegar tendrás que cambiar tus euros por monedas de la época. Se te entregará un vaso de barro cocido para que lo utilices durante todo el día llenándolo de cerveza, vino o refrescos.
Los escenarios del festival son dos. Por un lado las estrechas callejuelas dotadas de un ambiente inigualable y, en segundo lugar, el extraordinario castillo que conforma la silueta principal de la urbe. Tanto en un sitio como en otro se desarrollan durante los días que dura el festival obras de teatro que cuentan leyendas emocionantes, improvisados espectáculos, animación de calle. No será difícil que a tu paso te topes con alguna dama, leproso, niño pobre o señorita de mala reputación que se acerque a hablar contigo.
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Si te alojas en algún hotel de esta región no dejes de informarte de los restaurantes más próximos que ofrezcan los mejores platos de la cocina extremeña. Dependiendo del lugar donde te alojes encontrarás opciones de diversos estilos ya que esta cocina está caracterizada por ser una comida de contrastes ya que cada zona de la región aporta sus propios y variados ingredientes. 
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