Hay viajeros verdaderamente enamorados del senderismo. Su mayor sueño no está en hoteles de cuatro estrellas con techos lujosos sino en alojamiento rurales y largos paseos con el firmamento sobre sus cabezas. Son, ante todo, amantes de las nuevas experiencias, gente sociable que a la vez sabe buscar durante el tiempo que dure su aventura sus momentos de encuentro con uno mismo. No buscan spas sino lagos de agua pura. No disfrutan con lujos sino con la naturaleza más salvaje. Una de las zonas de nuestro país que más senderistas acoge son los Picos de Europa formados por auténticos paraísos verdes. Justo aquí se elabora el producto que queremos presentarte hoy: el queso de Picos.
Por norma general todo amante del senderismo es también seguidor de la gastronomía de la zona que pisa no sólo para recargar fuerzas sino además para sentirse parte de las costumbres culinarias del lugar. En algunas de las cuevas que el caminante va dejando a su paso maduran muchos de los quesos de Picos. Tres son las variedades que encontramos: el Gamonedo, el Picón y el popular queso Cabrales. ¿Quieres conocer un poco más este producto irresistible? Sigue leyendo…
El queso de Picos es el resultado de mezclar leche de vaca, oveja y cabra en diferentes cantidades. El secreto de su sabor radica en la calidad de la ganadería de la zona que crece en pastos verdes y sanos. Pero además de que el producto en sí sea un bocado delicioso también influye su propio carácter hecho a base de leyendas y expresado en los diversos festejos que se realizan durante el año en torno a él. Cuenta la leyenda que al rey Pelayo, tras ganar la batalla de Covadonga, le regalaron uno de estos quesos de tamaño tan colosal que necesito de ayuda para transportarlo.
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