Las Canarias son un archipiélago volcánico. Los paisajes que ocultan son asombrosos y crean una biosfera bien diferente a lo que podemos estar acostumbrados el resto de españolitos. Los canarios se han sentido siempre la necesidad de proteger esa riqueza y es por eso por lo que hay diferentes parques naturales que no debes perderte.
El Parque Nacional de Timanfaya se sitúa en la isla de Lanzarote. Se inauguró en 1974. El paisaje volcánico consigue dar la sensación de estar en otro planeta, con tanto cráter y tanta grieta por todas partes.
Una carretera conduce el pueblo de Yaiza cuya panorámica es sublime. Corrientes de lava sucesivas, que duraron hasta el siglo XVIII crearon las asombrosas “montañas de Fuego”. Para proteger el lugar es necesario subir en dromedario el parque desde la llegada al pueblo. De esta manera se consigue combinar ecología y diversión. Una vez que hemos llegado a la cumbre la vista es epléndida y ven merece la pena hacer alguna foto de recuedo.
Por otra parte, el parque nacional Caldera de Taburiente se sitúa en el centro de La Palma. Es un cráter de nueve kilómetros de diámetro que se extiende sobre 4690 hectáreas. El agua abunda en todas partes y la vegetación es muy densa, donde el pino canario recobra protagonismo. Sin embargo, llama la atención que hay pocas especies animales. El lugar alberga el observatorio astrofísico más grande de Europa.